24.7.10

compás

Si no fuera tan larga esta tarde yo no me habría acordado de la primera vez que me tocaron tus ojos porque no me habría permitido que me devorara “angel eyes” de marsalis. En este caso, fui voluntario, no me puedo quejar, pero con tus ojos la cosa fue distinta porque estos globos tenían más malicia que una sonrisa de monalisa y me fueran buscar en otro costado de la luz. Viniste con la promesa de escribir tu historia en mi piel y me cerraste los poros con tus colores rojo amarillo verde y blanco, pero no te bastó con esto y me cortaste con tu lengua de acero una y otra vez y todas las demás también. No se te ocurría que la sangre se me iba lentamente porque esta se confundía con la tinta. Claro, esto es un engaño. Siempre supiste que me golpeabas cada vez más hondo por la manera como manejabas la lengua – el hilo de acero brillaba más que un rubí, uno dudaría que este pudiera ser más duro que aquél. Puede que mi sensación de extranjero en todas partes haya causado el malentendido – puede que yo la tenía por encima. Me creía capaz de sacarle las tejas a las estrellas en cualquier parte porque ellas parecen las mismas cuando las miramos desde distintos rincones acá abajo. No pudiste despertarte antes que el metro llegara a la estación Puán, tuviste que bajar en la estación Carabobo. Claro que no te vas a acordar de aquél día. Eres un tonto. Algún día lo sabrás. Si el pasado no te suena, te convendría dejar de soñar el futuro delante de tus ojos. No hay secretos en eso porque es todo muy extremadamente ordinario como un compás binario. Que, a lo mejor, no llega a ser así de simple, pero no importa. peor.

Nenhum comentário: