25.4.12

pobre y soberbio

<< Tomar, agarrar, utilizar, trabajar con, y hasta tirar, arrojar una piedra, es entonces un acto de matriz antropológica, en el sentido de que pone en juego cierta historia, cierta línea en la continuidad de la especie. Pero es también un gesto de contacto muy fuerte con la naturaleza y con un reino al que, casi tanto como al animal, cada vez estamos más lejos de pertenecer. De contacto con la naturaleza, quizás sea poco y mal decir; acaso más preciso sea hablar de lo cósmico. ¿Será de allí que recibe aquel carácter “sagrado” al que alude Yourcenar? ¿De dónde le vendría, en efecto? Si no de lo telúrico, de lo ancestral, de lo histórico... ¿O de aquello que reconoce María Zambrano al señalar que la piedra “es el residuo de la creación y por eso es la imagen y el vehículo más elemental de lo divino”? >>


La piedra - Por Mario Goloboff
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-192620-2012-04-25.html

Sobre el orden interno de las células - con Valeria Levi


Por Leonardo Moledo


LM – Cuénteme qué se hace en este laboratorio de dinámica intracelular de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.

[…]

VL – Le cuento primero globalmente en qué trabajamos. En esta gelatina hay cosas que son muy grandes, las organelas (como las mitocondrias). Son distintos reservorios, muy grandes, donde se cumplen funciones específicas. Por ejemplo, en las neuronas hay vesículas que cargan a los neurotransmisores, que tienen que ser trasladadas largas distancias muy rápidamente. Esas cosas, por difusión, tardarían siglos. Lo que las células tienen, entonces, son unas proteínas que se llaman “motores moleculares”. En eso trabajamos.

[…]
LM – ¿Qué son esos motores?
[…]
VL – Los motores son macromoléculas, le decía. Son proteínas que, si uno las ve, funcionan como nuestras piernas. Lo que hacen los motores es caminar por el citoesqueleto llevando y trayendo cosas, dando pasos de millonésimos de milímetro, con energía que les da la célula a través del ATP.
LM – ¿Y cómo saben lo que tienen que llevar y lo que tienen que traer?
VL – Esa es una de las preguntas que todavía no están contestadas. Algunas cosas sí se saben. Por ejemplo, hay determinadas proteínas en la membrana de las cosas que tienen que llevar que se unen directamente como si fueran Legos al motor, de modo que no tiene posibilidad de elección.
LM – En este caso, el motor se une a lo que se tiene que unir. Pero después lo tiene que llevar a algún lado. ¿Va a un lugar específico o deambula hasta que se engancha a algo?
VL – Bueno, ésa es la segunda parte de nuestro trabajo. Son preguntas muy específicas que, con los métodos tradicionales de la biología y de la química, no se podían resolver. ¿Por qué? Porque hasta hará unos diez años, tradicionalmente lo que se hacía era mirar en conjunto muchísimas moléculas al mismo tiempo. Eso es muy bueno, porque al haber mucha información se puede hacer buena estadística, pero al mismo tiempo no es tan bueno, porque la información que se obtiene es una información promedio. La analogía que se podría poner es ésta: imaginemos que nosotros quisiéramos entender cómo funciona una ciudad. El problema es que en la ciudad hay tipos en el colectivo, tipos durmiendo, tipos en el colegio, tipos jugando. Si quiero entender cómo funciona la ciudad y meto la información de cada una de las personas y la promedio, no obtengo una información real.
LM – Pero en una ciudad no está todo organizado por un gobierno. Hay muchas cosas que se escapan de las manos del control gubernamental, muchos circuitos autónomos. Entonces no estaría funcionando como la célula...
VL – Bueno, eso es lo que queremos entender. Pero estamos en un paso previo. Recién estamos empezando a salir de esta manera convencional de estudiar temas en química y biología, que es acumular datos y promediar. Eso no nos sirve. Nuestra forma de hacer experimentos es nueva: son los experimentos de molécula y de partícula únicas, donde uno estudia uno a uno qué es lo que les pasa a las distintas personas que caminan por la ciudad.
[…]
LM – Cuando habla de que “caminan”, ¿a qué se refiere?
VL – Lo más parecido a caminar que se le ocurra. Le diría que ni siquiera es una metáfora. Lo que se vio a través de técnicas de microscopía avanzada es que las dos “patitas” del motor se mueven como si estuviera caminando. Así se puede ver que los pasos son del orden de entre 8 y 30 nanómetros.
LM – Ante estas cosas es inevitable sentirse asombrado. ¿Esto pasa en todas las células?
VL – Sí, en todas.


FONTE: http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/19-192598-2012-04-25.html

18.4.12

redondos

Nuestro


amo



juega





al





esclavo

12.4.12

Lalotelo

tempo, tempo, tempo, tempo...

ele vai passando e revelando sua influência nossa de cada dia sobretudo. sobre todos.
essa velocidade alucinante, oh! tempo rei, nos deixa mais pobres, ou não.
o que Michel Teló e Lalo Rodriguez têm a dizer sobre isso?




10.4.12

Alcoba

La escritora vive en París desde 1979 y escribe en francés,
pero sus temas son siempre argentinos.CLARIN.COM



O link para o Clarín não funcionava, então incorporamos o video a seguir.





et vous?

¿En qué lengua te encuentras con lo tuyo?



ATUALIZADO EM 10/04/2012 ÀS 19:25

9.4.12

hijoputez

http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Marcelino-Cereijido-hijoputez_0_679132268.html



Federico Kukso - En su obra “Sobre la agresión”, el médico y zoólogo Konrad Lorenz plantea que las especies agresivas necesitan del amor porque sin su función compensadora saldría demasiado caro que sus individuos se anduvieran aniquilando. ¿Da lugar a la esperanza entre tanta hijoputez?
 
Marcelino Cereijido - Tengo la esperanza de que las mujeres van en vía de superarnos a los varones. Estamos por entrar a lo que suelo llamar “la hora de la mujer”. El músculo que le dio poderío al macho humano va a pasar a tener la misma no-importancia que la fuerza de los changadores del puerto frente a una grúa que toma del barco todo un contenedor de varias toneladas y lo ensambla como vagón de tren. Estoy convencido de que la mujer está muchísimo mejor dotada para ser científica que el varón. En ciencia, el peso del elemento consciente es relativamente menor y entra a jugar muy tardíamente. Un genio de la ciencia y un investigador mediocre no se distinguen porque el primero sabe operar instrumentos que el segundo no puede. Una mujer puede debatir conscientemente como un colega varón pero lo supera infinitamente en el manejo inconsciente y grupal. Maneja no sólo lo que un colega dice, sino lo que quiso o no quiso decir, pero debió haber dicho, puede trabajar con medias ideas y corazonadas. A veces los investigadores varones usamos las ideas para competir, como si fueran garrotes o lanzas. La mujer está muchísimo mejor dotada para integrarse en grupos. Ante tanta hijoputez, lo único que espero es que el amor nos salve.

...

LUGARES COMUNES?

...

super-homem, a canção?

...
..
.

8.4.12

jerônimo

achava que ele tinha morrido. uma caminhada pelo bairro trouxe de volta sua figura.
Jerônimo merece mais que uma simples fotografia:
ele há de aparecer por aqui outra vez.

7.4.12

alelu



DIALOGO CON DIANA ALICIA JERUSALINSKY, 
DOCTORA EN CIENCIAS BIOLOGICAS, 
INVESTIGADORA DEL CONICET
Por Leonardo Moledo

[...]


–Ustedes, entonces, tienen un parámetro para medir la memoria. ¿Usted cree que la memoria puede medirse con un solo parámetro?

–Esa memoria, que no es una memoria como aquella que depende del lenguaje simbólico, sino que es una memoria sencilla, se puede medir de esa manera. Hay aun una memoria más simple, que es la habituación. En realidad, uno mide más de un parámetro para medir habituación. Lo que se hace es colocar al animal en un espacio para ver cómo se habitúa. El animal explora el ambiente y toma ciertos datos y ciertas características a través de la exploración. Lo que es notable es que la segunda vez que se lo coloca en el mismo ambiente, todos los parámetros exploratorios disminuyen, puesto que el animal ya conoce el espacio. Ahí uno evalúa no un solo parámetro, sino cuántas veces cruza una determinada cuadrícula, o camina perimetralmente, cuántas veces cruza hacia el centro, cuántas veces se eleva en dos patas, cuántas veces pone su cabeza en los rincones para oler. Todos esos parámetros me van a indicar la memoria que tiene del ambiente. Pero en el primer caso que le mencionaba, el tiempo que tarda en bajar es un dato contundente.

–Es una cosa evolutivamente selectiva e importantísima.

–Sí, claro. Pero, además, la tendencia natural de un roedor es explorar. Por eso se llama al experimento evitación inhibitoria: lo que tiene que hacer el animal es inhibir un comportamiento natural, espontáneo. Lo que quiere la rata naturalmente es bajar a explorar, pero recuerda que recibe shocks y lo reprime.

–Es muy difícil conceptualizar todas estas cosas. Me da la sensación de que el ratón es tomado como una especie de robot... ¿en qué se diferencia del robot?

–Bueno, es muy importante lo que pregunta porque hubo muchas escuelas que concibieron a los animales como una caja negra incognoscible, pero que operaba como una máquina. Pero no es así: como lo diría un psicobiólogo, los animales tienen un mundo interior, aunque no tengan lenguaje simbólico para expresarlo.

–O por lo menos, no sabemos si tienen mundo interior.

–Hay muchos experimentos que indican que sí tienen, sobre todo con primates.

–¿Qué sabemos del mundo interior de una rata?

–Casi nada, y es muy difícil que alguna vez sepamos algo. Por eso estamos volcados a estudiar la fisiología, que es lo más accesible.

–¿Y qué piensa usted? ¿Qué pasa en ese mundo interior?

–El animal tiene una tendencia muy fuerte a explorar. Esto es algo que uno tiene que considerar, porque cuando uno está en contra de esta tendencia, los cambios que se tienen que dar en el circuito neurológico tienen que ser muy fuertes, porque van contra una tendencia muy fuerte. En ese sentido, yo puedo pensar un poco en ese mundo interior. Por ejemplo, puedo decir que al ratón no le gusta tener que quedarse en una plataforma sin moverse.

–¿Hay algún embrión de pensamiento ahí?

–Mmmm... Creo que hay una enorme capacidad de asociación, pero no lo llamo pensamiento. El pensamiento es otra cosa. El pensamiento demanda, creo, un lenguaje simbólico. Es decir que el pensamiento es posible en aquellos seres que pueden formarse imágenes separadas de la realidad. Si no existe esta representación separada, no hay pensamiento.

–Pero la rata recuerda el shock, aunque el shock no esté presente.

–Pero lo recuerda cuando se la pone exactamente en la misma situación. Esa es la diferencia fundamental con los humanos. En los animales, aparentemente, no hay posibilidad de independizarse de la realidad.

–¿Las ratas sueñan?

–Sí.

–¿Y qué pueden soñar?

–No lo sabemos. Pero acuérdese de que el hecho de que sueñe no significa que sueñe en imágenes.

–Me parece que tendríamos que pensar que sí. El sueño es una cosa que atraviesa la biología de los mamíferos. Es muy difícil imaginar un sueño sin imágenes. Y si sueña con imágenes, es porque piensa en el sentido en que usted concibe el pensamiento.

–Bueno, lo que uno ve en los animales más cercanos a nosotros desde el punto de vista evolutivo es que han llegado a manejar una cantidad enorme de signos, pero que esos signos siempre son usados para pedir, para satisfacer necesidades. Están muy fuertemente vinculados con la realidad. Y eso en animales muy cercanos a nosotros. Imagínese en las ratas...

–Lo que resulta muy difícil es tipificar un pensamiento distinto al nuestro. Acá hay otro problema: yo no creo que el pensamiento requiera el lenguaje, sino todo lo contrario. Creo que el lenguaje es un límite para el pensamiento. Ahora bien: evolutivamente estamos obligados a reconocer que hay grados distintos de pensamiento entre especie y especie. El problema es que nos resulta muy difícil imaginar cómo es un pensamiento distinto del nuestro.

–Déjeme decirle que, por ejemplo, la diferencia entre un bebé de dos años y medio y un chimpancé entrenadísimo y que fue enseñado a hacer muchas cosas es enorme.

–¿Un bebé piensa?

–Yo creo que sí, pero piensa muy parecido a un primate no humano.

–Pero entonces los primates piensan.

–Sí, claro. De hecho, un primate no humano puede llegar a idear un engaño. Y la mentira implica, necesariamente, pensamiento. Pero por ahora no hay evidencia de que ese mentir esté separado de la satisfacción de un problema de la realidad inmediata. Esto es lo que hace que si bien los animales tienen representaciones separadas hasta un nivel, no pueden ir más allá. La rata, por ejemplo, no puede activar la memoria si no se la somete a una situación igual a aquella en la que generó la memoria.

–¿Qué es lo que se guarda cuando se guarda un recuerdo? ¿Cómo se codifica?

–No lo sabemos. Lo que sabemos es que eso se codifica en circuitos del sistema nervioso, en relaciones entre neuronas. Sabemos que muchas de esas sinapsis tienen que ser plásticas, moldeables, para que puedan almacenar memoria.

–¿Qué es un recuerdo?

–Un circuito en funcionamiento.

1.4.12

und

(não confundir conjunção com numeral)

+

2 perguntas

=


Ezequiel Alemian – ¿Qué es para vos un artista del hambre?
Luis Gusmán – A alguien que queda desafectado de la estructura. No tiene más lugar. En Kafka es claramente una alegoría del artista: el escritor es alguien que no tiene más lugar. El peletero, por ejemplo, es la historia de un hombre terminado: no se venden más pieles, ahora son todos los tapados sintéticos, cambió el clima y cambiaron las modas, Greenpeace se impuso y llevar la piel de un animal es algo segregativo. No es que el peletero se queda sin trabajo, sino que se queda sin lugar en la estructura. Los pesistas que protagonizan Tennessee (1997) también están desafectados, son anacrónicos. Entonces me parece que, con respecto a la fascinación por lo oscuro, lo marginal, diría que en mi literatura siempre existe un estado de amenaza sobre los personajes. Hay una constante en esa desafectación, que es un término que me gusta más que “desamparo”.
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/Entrevista-Luis-Gusman_0_673732629.html

*