31.8.12

aula jap'isqa


cuando ya no puedes expresarte de otro modo, hay que reconocerlo. principalmente por la palabra que te escapa, te prende en la jaula, te devuelve el quicio sin que lo sepas. porque entonces ya no importa si nunca estuviste en la mina, necesitas una campanita cualquiera pero no hay viento que le arranque un sonido. apenas pinceles despetalando las flores de esa red de desencuentros que te pone tartamudo. dónde está su lengua, te pregunta el doctor. habría que preguntárselo al gato. che gato, digo, qué gato. el doctor fama no comprende la trama, digo, la trampa. atrapadorita letra con sus mañas que papapá, que papapá, que papapá. a ver con qué tintas plasmarás el devenir, cronópio, que para dios podemos siempre esperar, estemos aquí, en managua o parís. por las dudas, te brindo una parte de la carta que acaba de enseñarme tu paisano:
“Me alegró que te gustara tanto Avalovara, porque aunque ya no la recuerdo en detalle, me queda como una gran experiencia de lectura. Cosas como la imagen de “Cecilia, rodeada de leones”, perduran en mi mala memoria de estos tiempos. A veces pienso que lo más fuerte que he leído en los últimos diez años es la obra de dos brasileños, Clarice Lispector y Lins; casi dan ganas de lanzarse al portugués en busca de otras cosas que acaso existen.”
probablemente nos cruzamos en alguna autopista, pero cuando uno estaba yendo... y viceversa. (puede que haya pensado como drummond que había una piedra en su camino cuando en realidad se le había pegado un emplasto de hacha)
 
ps.: pra completar, hay que escuchar "outras palavras" do Velô.

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