29.4.10

no sé, nonsense (pt.4)

La foto era como un mosaico, pero formado por el rostro de una mujer. Sonriente. Una sonrisa espontánea, de las que nos lleva a creer que tenemos cualquier cosa en el vientre que nos impide de cerrar la boca durante unos cuantos minutos hasta que nos duela la mandíbula. Sonrisa que podría convertirse en aparente enojo seguido de ganas de pegarle al primero que apareciera – sin embargo la sonrisa permanecería en sus ojos, no la podría disfrazar.

Cherokee sí, es un disfraz. Bar de fumadores, músicos, solitarios y solitarias, gente que no quiere ser molestada, gente que tiene cara de puntos suspensivos. Un refúgio donde se va a fingir que no pasa nada en el mundo, que está todo bien – aun más porque adentro la gente sabía que los que no cruzaban las puertas del bar no necesitaban dejar atrás toda la esperanza.

Llegué a las siete de la tarde. Tres escenas me han marcado mucho:
 
escena I
la mujer en la barra del bar
parecía estar allí como unas tres horas,
pero el bar empezaba a funcionar a las seis.
era este el tema:





escena II
un bohemio lloraba la pesada...
lloraba su pesadilla





escena III
solo el tradicional tema final
del lugar vino a buscarme.




Ninguno de estos lugares
me correspondía.

Me fui.

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